8 pueblos de colores de Segovia
La ruta de los pueblos de colores de Segovia se compone de 8 pueblos a lo largo de la carretera CV-111 desde Riaza. Es una buena ruta para hacer un día si estás buscando una excursión desde Madrid diferente, ya que solo está a hora y media de la capital; algo que hacer si estás en la Estación de ski de la Pinilla, que está a 15 minutos en coche o una ruta que hacer desde Riaza; pueblo del que dependen todos estas pedanías.

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Estos pueblos se clasifican en tres colores: amarillo, rojo y negro. Deben estos colores tan llamativos a los colores de las piedras de los alrededores con los que se construyeron sus casas antiguamente. Pizarras, arcillas y cuarcitas son los materiales con los que se construyeron estos 8 pueblos de colores de Segovia.
Un consejo, no te agobies por los tiempos o por no encontrar grandes puntos turísticos o históricos. Primero porque ver los 8 pueblos en un día es posible y, segundo, porque si gran atractivo turístico son ellos mismos, recorrer tranquilamente sus calles y disfrutar de su silencio y sus colores tan particulares. ¿Quieres descubrirlos en un día?
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Pueblos Amarillos

Alquité
El pueblo más pequeño de la ruta. Son solo cuatro calles y no llegará a tener más de veinte casas en total. Solo tiene cuatro habitantes y suerte si te encuentras con ellos en la calle. Aún así merece la pena visitarlo para ir introduciéndote en la tranquilidad que respiran estos pueblos.

En todos los pueblos te encontrarás con dos puntos en común: la iglesia y el teleclub, taberna o bar (nunca faltan en un pueblo español). La Iglesia de Alquité es San Pedro de Alquité y es de estilo románico, si te encuentras con algún vecino puede que te abran la iglesia para verla por dentro.


Martín Muñoz de Ayllón

Lo primero de todo, está prohibido aparcar dentro del pueblo. A la entrada del pueblo cuentan con un parking gratuito, desde ahí, tardarás 5 minutos andando hasta la Plaza Mayor del pueblo.

Dentro de los pueblos de colores de Segovia, Martín Muñoz de Ayllón es uno de los más bonitos. Está siendo bastante rehabilitado y pasear por él y tener la sierra a dos pasos la hacen un enclave perfecto para desconectar. Las vistas de toda la sierra de Ayllón desde la Iglesia de San Martín de Tours es lo más especial del pueblo, más allá de sus preciosas calles.

Si tienes tiempo, puedes hacer un par de rutas de senderismo por la zona, una de ellas va a la cascada de la Chorrera y la otra por el collado de las cabras, de interés natural.
Pueblos Rojos
Madriguera

El más grande de todos los 8 pueblos de colores de Segovia. Llegó a tener 750 habitantes. También es el mejor conservado de todos y cuidado. Es uno de los dos pueblos que vimos con restaurante, y al estar en el medio de la ruta fue donde paramos a comer.


Lo mejor que puedes hacer es perderte por sus calles, descubrir rincones por doquier, ver su biblioteca por fuera y tratar de descifrar el letrero que reza el cementerio.
Debes dejar el coche en el parking gratuito que está en la parte trasera de la Iglesia de San Pedro de Madriguera.

Villacorta

Es uno de los pueblos más rojos de toda la ruta. Tanto sus calles como sus casas están realizadas en arcilla roja de los alrededores que les da ese color característico. Aquí la iglesia del pueblo es la Iglesia de Santa Catalina de Villacorta.

En Villacorta también puedes ver un puente romano y si quieres desconectar, puedes quedarte a dormir o comer en un molino rehabilitado a las afueras del pueblo.
Si te vas fijando en todos los pueblos, según el color que sea el pueblo, así son las calles y los carteles de las calles; verás las calles rojas, amarillas y negras.


El Negredo

Este es el último pueblo de la ruta de los 8 pueblos de colores de Segovia y la guinda perfecta a este día.
Lo peculiar de este pueblo es que dentro de él tienen una ermita y, a las afueras, en una colina, tienen la Iglesia de la Virgen de Vallehermoso. Si tienes tiempo sube a verla y verás que desde su pórtico sale un árbol. Además, no puedes pederte su plaza mayor, es preciosa.

Pueblos Negros
Becerril

Será el primer pueblo negro que veas en esta ruta de pueblos de colores de Segovia. Es muy pequeñito, consta apenas de 10 calles. Y como es normal en estos pueblos, el centro es la iglesia del pueblo. Aquí la iglesia se llama Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. En todos estos pueblos las iglesias están cerradas y tendrás que pedir permiso para poder verlas.

La carretera de entrada y la llegada al pueblo es muy bonita, rodeada de naturaleza, al torcer una curva te encontrarás con el pueblo como si apareciera de repente salido de la nada. Te recomiendo que aparques el coche justo en la fuente de la entrada, ahora seca y vayas a pie por el resto de Becerril.
Serracín

A más de 1200m de altura, estos 8 pueblos de colores de Segovia parece que se hayan paralizado en el tiempo. Sus calles empedradas vacías y rehabilitadas parece que hubieran estado así siempre.


En Serracín podrás ver los restos de su Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad, podrás identificar dónde estaba el altar y a su espalda, verás el antiguo cementerio.
Desde aquí tienes unas vistas preciosas y puedes ver algunos de los pueblos de esta ruta, como Madriguera, Becerril, Villacorta o El Muyo.

El Muyo

El pueblo negro que más nos gustó y el más grande de los pueblos negros de Segovia. Pasear por sus calles es como pasear por tuneles negros sin techo y, sin darte, cuenta apareces en medio del campo verde. Un contraste muy bonito.

Aquí la pizarra cubre tanto las fachadas de las casas, los tejados, la Iglesia de San Cornelio y San Cipriano y las calles.
Su taberna tiene un merendero con unas vistas preciosas a la sierra de Ayllón. Te recomiendo que te sientes y escuches el silencio que inunda estos pueblos.


¿Dónde comer?
A lo largo de esta ruta de los 8 pueblos de colores de Segovia pudimos ver 4 o 5 restaurantes en total. Nosotros elegimos comer en Madriguera por ser la mitad del recorrido y aquí solo está el restaurante La Pizarrera.


Un restaurante con ingredientes de la zona que cambia su carta según la temporada. Una antigua casa restaurada te ofrece un ambiente moderno y tradicional donde prima la tranquilidad que rodea a todos estas pedanías.

En La Pizarrera puedes comer productos típicos de la huerta y carnes de la sierra hechas a la piedra en brasas con pizarra.
No puedes irte de aquí sin probar los tomates negros, que saben realmente a tomate; las croquetas caseras o las carnes a las brasas con un sabor y una textura a la altura de muchos restaurantes de postín.
¡Ah! y los postres… todos caseros, en especial la mousse de chocolate, para los amantes del chocolate puro y la tarta de queso super cremosa.

